
La semana pasada me tomé dos días de retiro personal para reflexionar sobre mi 2019. Necesitaba ese tiempo, y algo que me apetecía mucho era evaluar el año ANTES de que acabe. En años anteriores solía hacer este ejercicio los primeros días del año nuevo, pero por alguna razón siento la necesidad de entrar en el 2020 con la hoja completamente en blanco, sin pendientes… ¿Será que el 2020 necesita el espacio libre para entrar con toda su fuerza? Después de todo, este no es un fin de año «normal». Se termina una década, y con el 2020 empieza otra.
¡Qué bien me vinieron esos dos días (técnicamente fueron unas 24 horas)! Fue especialmente bueno hacerlo durante el tiempo de Adviento, un tiempo de espera por sí mismo. Creo que he instalado una nueva tradición.
Necesitaba tiempo para estar en silencio, mirar para atrás y analizar lo que pasó. Necesitaba verme en mis distintos roles y ver qué tal me fue en cada uno de ellos. Necesitaba reconectar con mi pequeña palabra para este 2019 y observar cómo me sentí acompañada -o no- por ella.
True me revolucionó, me desafió, me cuestionó. Fue una palabra bastante incómoda. Me sacudió, me hizo crecer, y me conectó con mis deseos más profundos.
Mirando atrás, diría que fue un año intenso, productivo y muy bueno. Pero ¿Cómo saber si un año ha sido bueno? ¿Se mide en dinero? ¿En logros? ¿En vida social, en viajes? ¿Se mide en paz en el corazón, en alegría, en satisfacción por el trabajo realizado? ¿Se mide en la cantidad de días que he estado sana físicamente? ¿En la cantidad de libros que he leído? ¿Cómo medirlo? Es una pregunta de difícil respuesta.
Lo que sí es cierto es que el año se termina, y con él nuestras intenciones, propósitos o lo que habíamos «decidido hacer con el tiempo que nos había sido dado» – como diría Gandalf. Es tiempo de pensar qué tal nos ha ido.
Te comparto lo que a mí me funciona y lo que he aprendido a lo largo de los años, por si te sirve…
- En primer lugar, elegir una palabra guía al principio del año me ayuda valorarlo al final. Es realmente difícil de explicar, pero llevo años con esta práctica y no tengo intenciones de dejarla. Las palabras que he elegido a lo largo de los años me han marcado -en mayor o menor medida- y han pasado a definir quién soy. Palabras como HOME, STORY, RHYTHM o LESS hoy son parte esencial de mi vida, y me siguen acompañando aunque no sean mi palabra guía… En el caso de TRUE, mi palabra para este 2019 me llevó -entre otras cosas- a organizar y guiar un retiro espiritual, a capacitar educadores, a dejar un trabajo y una responsabilidad, a organizar una muestra con mis acuarelas, a hacer el Camino de Santiago en Familia, a plantar árboles y un huerto, a asistir a la primer conferencia europea de homeschooling, a escribir dos e-books, a volver al Campamento de familias en Inglaterra, a volver a Wisconsin, a celebrar el bautismo de mis hijos, y a emprender un nuevo proyecto del que muy pronto espero poder contarles! Ya ves que ha sido una palabra muy movilizante… Ha sido difícil convivir con ella, pero no me arrepiento de haberla escogido.
- En segundo lugar, tomar tiempo para reflexionar y responder a algunas preguntas claves, me ayuda a reconocer los buenos momentos, digerir los malos, y recalibrar para el nuevo año. Esto fue lo que hice durante mi retiro… Necesitaba tiempo, silencio y claridad mental para escucharme a mi misma, escuchar a Dios (en mi experiencia, dos caras de la misma moneda, y no soy la única que lo piensa…) y escribir lo que pasó… Pues como diría Flannery O’Connor «Escribo porque no sé lo que pienso hasta que leo lo que digo». Agradecer por todo lo bueno, reconocer todo lo que fue difícil, detectar los asuntos pendientes y lo que debo «dejar ir», perdonar(me), pedir perdón, etc. etc… Y apartar unos momentos para pensar en mi nueva palabra, mi palabra para el 2020. Pues aunque normalmente la ecojo – o ella me escoge a mí, no sé muy bien- durante el mes de Noviembre, este año no me ha llegado hasta después de Navidad.
- En tercer lugar, practicar una regla de vida, me ayuda a analizar si mi año ha sido bueno. Todos tenemos una regla de vida, seamos conscientes de ello o no. Una regla de vida es un compromiso a vivir tu vida de una determinada manera. Una vez escrita, es una herramienta que te ayuda a tomar decisiones y determinar cómo ordenar tus días. En los últimos años, he estado refinando la mía y para el año que viene espero poder compartirte algo más al respecto.
Por todo lo dicho, he pensado que algunas de estas ideas o herramientas podrían serte útiles, así que, en mi tienda encontrarás estos recursos gratuitos:
- Un imprimible con preguntas y ejercicios para analizar tu año 2019.
- Un imprimible para pensar en tu palabra-guía para el 2020.
- Y para las que me siguen desde el hemisferio Sur, he actualizado el imprimible del Manifiesto de Verano, pues ya sé que todas están en modo playa en estos días!
Y por si estuviste distraída, aquí va también mi reflexión sobre el fin de la década y la receta de Diciembre.
¡Espero que te sirva! ¡Feliz cierre del 2019 y mis mejores deseos para el 2020! ¡Ya les contaré cuál es mi palabra elegida!
Con amor, Fanny
Leyendo esto, llegó mi palabra para el 2020. Gracias, Fanny, el Señor se valió de esto y fuiste su noble instrumento.
Por lo vivido, gracias y, lo por venir, siempre bendecidos. Feliz año nuevo a tu familia y a vos.
Muchísimas gracias!! Feliz año para vos también!!