«Somos una especie en viaje
No tenemos pertenencias sino equipaje
Vamos con el polen en el viento
Estamos vivos porque estamos en movimiento»
Llevo un tiempo sin subir ninguna entrada de viajes… No es que no haya viajado (aunque siempre menos de lo que me gustaría, ¡ja!), sino que últimamente me he estado preguntado mucho acerca de los «por qués» de mi vida… Y la sección de viajes del blog entró en el torbellino de preguntas… ¿Por qué tengo esto en el blog? Y esto me llevó a la pregunta: ¿Será que he entrado en una regresión? ¿No son los niños de 2 o 3 años los que preguntan el POR QUÉ de todo?? Reflexionando en esto, llegué otra vez Jesús y recordé sus palabras: «si ustedes no cambian y se vuelven como niños, no entrarán en el reino de los cielos». Y me sentí animada, pues quizás este retorno a los porqués significa que finalmente, o de alguna manera, estoy captando eso de volverse como niña.
La cosa es que llevo un tiempo masticando este tema de mis «por qués». Por qué hago lo que hago y por qué tomo las decisiones que tomo. Cuál es mi motivación, mi motor en cada caso. Revisar las motivaciones me ha ayudado a discernir mejor, y muchas veces a decir que NO o a dejar de hacer. Y esto ha sido liberador.
¿Por qué escribo libros? ¿Por qué leo? ¿Por qué educo a mis niños? ¿Por qué cocino, o tejo, hago scapbooking? ¿Por qué o vivo donde vivo? Son algunas de las preguntas…
¿Y por qué incluir una sección de viajes en un blog cuyo título –«at home»- enfatiza o reclama la importancia de la vida en el hogar, de lo que ocurre en el día a día de puertas adentro?
Tenía una vaga noción de por qué los viajes y la vida en el hogar estaban conectados, pero me costaba articular las ideas para poder explicarlo. Así que hice lo que normalmente hago: me quedé callada hasta encontrar las palabras para decir lo que quiero decir.
Y creo que ya lo tengo, creo que he encontrado -al menos- este «por qué».
La cosa es que llevo un tiempo masticando este tema de mis «por qués». Por qué hago lo que hago y por qué tomo las decisiones que tomo. Cuál es mi motivación, mi motor en cada caso. Revisar las motivaciones me ha ayudado a discernir mejor, y muchas veces a decir que NO o a dejar de hacer. Y esto ha sido liberador.
¿Por qué escribo libros? ¿Por qué leo? ¿Por qué educo a mis niños? ¿Por qué cocino, o tejo, hago scapbooking? ¿Por qué o vivo donde vivo? Son algunas de las preguntas…
¿Y por qué incluir una sección de viajes en un blog cuyo título –«at home»- enfatiza o reclama la importancia de la vida en el hogar, de lo que ocurre en el día a día de puertas adentro?
Tenía una vaga noción de por qué los viajes y la vida en el hogar estaban conectados, pero me costaba articular las ideas para poder explicarlo. Así que hice lo que normalmente hago: me quedé callada hasta encontrar las palabras para decir lo que quiero decir.
Y creo que ya lo tengo, creo que he encontrado -al menos- este «por qué».
Entonces…. ¿por qué una sección de viajes en un blog sobre la vida en el hogar? Aquí va mi intento de explicación:
* Porque soy tan apasionada a estar en casa como a viajar. «Homebody» y «wanderlust» en iguales proporciones, si me permites los anglicismos.
* Porque creo que la vida en el hogar (vivida intencionalmente) y la pasión por viajar son dos caras de una misma moneda. Todos vamos, por naturaleza, buscando dónde sentirnos en casa, buscando nuestro lugar en el mundo. Esto no ocurrirá de este lado del Cielo, lo sabemos, pero eso no quita que dejemos de buscarlo y anhelarlo.
* Porque cuando me pregunto ¿cómo me conecto con la gente que amo? La respuesta es a través de la lectura, alrededor de la mesa con algo rico (algo casero, por lo general), amando y disfrutando la creación, celebrando rituales… Y VIAJANDO. Por eso en el blog encontrarás un poco de todo esto, pues son las cosas que realmente nos unen y nos conectan como familia. Desde que somos 2 hasta que fuimos 4, VIAJAR ha formado parte de nuestra historia familiar. No quiero esconderlo ni ocultarlo, sino compartirlo y celebrarlo. Así que para nosotros, «at home» también es VIAJAR.
* Porque los viajes nos nutren y nos dan el respiro, el aire fresco necesario para seguir adelante con la vida diaria. Pero la VIDA REAL ocurre en casa, con el suelo sucio y la montaña de ropa para lavar. (¿Alguien dijo planchar? ¿Eso qué es?). Siempre es tentador -y creo que todos lo hacemos- buscar, hacer o mostrar aquello que es divertido, lo «instagrameable». Y soy la primera en buscar y resaltar todo lo bello a mi alrededor. Pero estoy convencida de que los momentos que realmente nos transforman y nos unen son los menos glamourosos, los que ocurren en nuestro día a día: el revolver la sopa, recoger los juguetes del suelo, cargar otra vez la lavadora, poner la mesa, el cuento de buenas noches, ayudar con las tareas de matemática, y vuelta a empezar… Porque la vida ocurre en CASA, cuando hay ropa que lavar, y suelos sucios, camas deshechas y fregaderos desordenados. La vida está hecha de cosas de la vida cotidiana. Hay momentos en los que hacemos cosas divertidas, pero la mayoría de las veces es simplemente la «vida normal.» Por eso cuando viajamos, lo celebramos, lo documentamos, lo atesoramos y lo compartimos. ¡Para que otros viajen con nosotros!
Te dejo con algunas frases que me inspiran:
«Viajar es lo único que compras que te hace más rico» (autor desconocido)
«Una vez al año, vé a algún lugar donde nunca hayas estado.» (Dalai Lama)
«No todos los errantes están perdidos» (J.R.R. Tolkien)
P.d. Y lo que iba a ser una introducción a un post del viaje a Alemania se convirtió -por larga- en entrada y reflexión individual! Así que en breve te comparto el viaje a Alemania! ¡Gracias por acompañarme!!