El verano es una oportunidad para parar, detenernos, cambiar de ritmo, de aire, de agenda…
Llevo unos años sentándome (o parándome) a pensar, antes de que llegue el verano, cómo quiero enfrentarlo. Este año -debo confesar- me pilló bastante desprevenida.
No es que estuviese distraída, sino que las mudanzas me desajustan a todo nivel. Le comentaba a una amiga que tengo una relación de amor-odio con las mudanzas. Por un lado, me gusta todo lo que implica empezar de nuevo, el proceso de transformar una casa en un hogar, poder ver las cosas desde otro punto de vista gracias al «sacudón» que genera el cambio, el ejercicio mental que supone aprender dónde queda el supermercado o cómo ubicar los muebles en espacios nuevos y encontrar una nueva rutina para el día a día. Un «new normal«, como suelen decir. Todo eso me gusta. Y me gusta la oportunidad de vaciarnos de cosas, de darnos más cuenta de lo que ya no usamos, o no necesitamos, de todo lo que -sin querer- hemos ido acumulando y nos estorba. Esto quizás, es lo que más me gusta.
No me gusta el desequilibrio que genera, el tiempo que se tarda en «no estar aquí» (o despojarnos del «aquí» para poder estar «allí») para finalmente volver a «estar aquí». Lleva tiempo. Y no hay atajos. Hay un precio a pagar para estar en el nuevo «AQUI» con la cabeza y con el corazón. ¡Y con cada cosa en su lugar! En fin, que me voy por las ramas… Que este año el verano me tomó casi por sorpresa, por todos estos motivos. Ayer llegó, y si bien había estado pensando en algunas metas o intenciones para estos meses, realmente no había tenido tiempo de sentarme a escribir mi lista. No quería que la excusa «me acabo de mudar» ganara el pulso, pues quería realmente detenerme para pensar cómo quiero vivir estos meses que tengo por delante. Porque en definitiva, como siempre cito: «Como pasamos los días, es, por supuesto, cómo vivimos la vida»* . Así que después de haber reflexionado un poco, aquí va mi…
Este año, me gustaría aprovechar los días de verano para:
1) Desconectar todo lo posible: en el sentido tecnológico de la palabra. Necesito dejar de chequear el teléfono cada media hora, o mirar los emails tres veces al día, o incluso escribir en el blog. Este verano quiero estar más libre de pantallas. Así que he decidido tomarme un respiro aquí y en Instagram. Necesito hacer una pausa. ¿alguien más en la sala? El blog entrará en modo vacaciones hasta septiembre. Espero que sepas comprender. Si tienes ganas de leerme, siempre puedes mirar en los archivos. Seguramente encontrarás contenido que no has tenido tiempo de ver: alguna reflexión, receta, DIY o recomendación de lectura. ¡Aprovecha para ponerte al día y espero volver con más contenido e inspiración! Gracias por tu paciencia y comprensión.
2) Conectar todo lo posible: en el sentido 3D de la palabra. Conectar conmigo misma, con mi esposo, con mis hijos, con mis amigos, con la naturaleza, con Dios… Aprovechar la agenda más tranquila para estrechar las relaciones más significativas que tengo. Y ser intencional en ello. ¿Un cumple? ¿Una reunión? ¿Una caminata? ¿Una cena? ¿Un retiro? A todo decir que SI si contribuye a estrechar vínculos.
3) Leer todo lo posible: Tengo una lista de libros pendientes y me gustaría aprovechar para ponerme al día. Durante el año he estado leyendo más para los niños o para investigación para mi nuevo libro. Quiero tomar el verano para leer otras cosas, libros que me había propuesto leer y cosas nuevas que han ido apareciendo en mi camino.
4) Estar fuera todo lo posible: pasar tiempo al aire libre, en la playa, el campo, la ciudad, el patio de mi casa. Tratar de estar afuera y absorber los rayos de sol, la brisa y el perfume del verano. ¿Tal vez repetimos acampada? Mmmmm. quizás…
5) Relajarme todo lo posible: Me encuentro muy cansada y necesito recuperar fuerzas. Descansar física y mentalmente.
6) Soñar todo lo posible: dicen que las personas más silenciosas tienen las mentes más ruidosas. ¡Esa soy yo! Por un lado necesito descansar de esto, pero no puedo evitar soñar con nuevas ideas o proyectos. El verano me da el contexto-libreta y lápiz en mano- de escribir todos esos sueños para el año/curso próximo.
7) «Atacar» objetivos todo lo posible: terminar proyectos pendientes, marcar «check» a la lista de tareas, seguir «llegando» a la nueva casa (orden, konmari, organización, colgar cuadros, etc.!).
8) ESTAR PRESENTE todo lo posible. Estar donde sea -en la playa, en casa, de vacaciones, escribiendo y trabajando- y con quien sea: con mi esposo, con mis niños, con amigos, conmigo misma, con compañeros- con TODA MI PERSONA. Ese es el mejor regalo que le puedo dar a alguien.
¡Hola Verano 2017! Te estaba esperando!
* (Annie Dillard)