
¡FELIZ AÑO!! Una pequeña palabra puede ser muy poderosa. Nos puede aplastar o nos puede levantar. Nos puede impulsar o nos puede frenar. Nos puede confundir o nos puede guiar. Las palabras tienen fuerza, tienen poder. Desde hace unos años tengo la práctica de empezar el año escogiendo una palabra. Una palabra que me ayude y me guíe durante el nuevo año. Es una mezcla de declaración de intenciones, resoluciones, deseos, cosas en las que quiero crecer, objetivos que quiero conseguir. Me gusta porque una sola palabra puede englobar muchas cosas.
Mi palabra para 2017 es FOCUS. Enfocarse, prestar atención, centrar el foco en algo, ajustar la mirada… Esa es mi palabra. Este año quiero enfocarme.
Enfocarme en algunas cosas y áreas muy concretas.
Este año deseo:
1) Enfocarme en mi relación con Dios, en seguir creciendo cada día.
2) ¡Enfocarme en escribir! Tengo más libros en mi cabeza y muchas ganas de seguir escribiendo! Mi tercer libro sale en unos días y espero terminar otro para el otoño. Quiero enfocar todas mis energías posibles en esto que me apasiona.
3) Enfocarme en la educación de mis niños, en mejorar lo que no funcionó el año pasado y estar atenta a sus necesidades y crecimiento constante, para poder darles lo mejor de mí y de los recursos que tengo disponibles.
4) Enfocarme en mi relación con mi esposo, invertir tiempo en cultivar una relación sana.
5) Enfocarme en los cambios y ajustes que se avecinan y sobrellevarlos con madurez y alegría, estando presente, siendo proactiva en vez de reactiva.
6) Enfocarme en el cuidado de mi cuerpo y mi alma, buscando un estilo de vida saludable, un ritmo sostenible.
7) Enfocarme en las amistades y relaciones que me nutren y me ayudan a ser la mejor versión de mí misma.
8) Enfocarme también implica GAFAS nuevas (con nueva graduación!), terminar mi E-course de fotografía y me gustaría apuntarme a clases de cerámica (nada mejor que el torno para enfocarse en el «centro»)
¡En fin, enfocarme! Me gusta mucho este ejercicio y esta es mi OCTAVA palabra que elijo. Cada una de las que he escogido en el pasado, se ha vuelto parte de mí, algunas más y otras menos, pero todas me siguen afectando y han hecho ser quien soy hoy: STORY, HOME, PLAY, RHYTHM y otras… Todas han cumplido un rol y de alguna manera siguen ahí presentes. Obviamente, como he dicho en otras ocasiones, no es MAGIA, ni algo automático. Decir la palabra elegida el 1 de enero no nos va a aportar los cambios o el crecimiento que esperamos para este año. Decir la palabra escogida no es decir «abracadabra». Requiere trabajo. Requiere intencionalidad para que el fruto, el crecimiento o los logros que esperamos sean una realidad. La palabra simplemente nos sirve como guía, nos orienta hacia el lugar o el estado al que queremos llegar.
He pensado que quizás te gustaría probar una pequeña palabra, así que he diseñado un imprimible (GRATIS!) para que puedas pensar en la tuya para este 2017.
¡Espero que te sirva!
¡MUY FELIZ AÑO!