Y celebramos 3 años de vida en Galicia adoptando dos pollitos y dos gallinas a nuestra familia. Me gustan las celebraciones simbólicas, los regalos que tienen más sentido que el «objeto» en sí. Me gustaba la idea de celebrar incorporando algo propio de la tierra en la que vivimos. Tener gallinas en casa es algo común por estos lares. De hecho, dos de mis vecinos -dos casas a la izquierda y dos casas a la derecha- las tienen. Y en las aldeas en toda la provincia también son parte del paisaje. Te alejas un poco de la ciudad y ya empiezas a verlas y escucharlas. Y os puedo asegurar que los huevos que producen no tienen nada que ver con los que compramos en el supermercado (¡¡Confieso que esa era mi principal motivación!!). Si os acordáis, ya habíamos hecho un primer intento el año pasado pero debido al viaje a Argentina tuvimos que devolverlas pues no queríamos molestar a nadie para cuidárnolas… Un mes más tarde llegó Misi, el conejo, que cautivó nuestros corazones durante 9 meses… Fue triste tener que despedirlo el pasado abril. Nos costó superarlo, sobre todo a los niños, pero aquí estamos nuevamente ampliando la zona granja… He aquí Piki y Fini, los pollitos…
Carlota (quien volvió al redil! Es era una de las dos que tuvimos el año pasado! La otra resultó ser otro así que ya ha pasado a ser puchero allí en la aldea.) y Eduviges, las señoras ponedoras. ¡Son unos personajes! Nos encanta verlas entrar en escena cada día. Nos alegran las tardes en el jardín y nos dan de sus mejores creaciones.
Les hicimos un gallinero muy bonito (bueno, yo solo lo pinté y le colgué banderines -ooooobvio- Marido hizo todo el trabajo de construcción) en el que parecen estar muy a gusto.
Y el otro día – como comenté por instagram– nos direon una sorpresa: llevábamos preocupados porque hacía cuatro días que no ponían huevos… O eso pensábamos. Hasta que en unas ramas del jardín nos encontramos con esto!! Indescriptible la sensación de alegría que nos dejó saboreando -y comentando- el momento durante días!
De más está decir que esa noche hubo tortilla para la cena. 😉
¡Y alguien que está muy feliz con sus criaturas! Este niño tiene algo especial con los animales. ¡Qué lindo es verlo interactuar con ellos!
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Seguro que hay artículos más interesantes (y de hecho creo que había encontrado uno buenísimo y ahora lo he perdido) pero aquí hay uno que explica cómo el contacto con los animales es beneficioso para el desarrollo integral de los niños. ¿Estáis de acuerdo? ¿Tenéis animales? ¿Habéis crecido con animales en casa? ¿Qué pensáis? Me encantaría escuchar vuestra experiencia!!