Ahora que ya están más mayores, vamos alternando: a veces cantamos, a veces son ellos los que agradecen, a veces mamá, a veces papá. Independientemente de tu creencia, creo que la GRATITUD es un valor muy saludable y positivo para cualquier persona y para cualquier familia. Amanda Soule, en su libro «the creative family» dice (traduzco; perdón filólogos!!): «La gratitud puede tener un efecto muy poderoso en nuestras vidas. Cuando nos sentimos agradecidos, nos sentimos llenos -llenos de amor, llenos de inspiración, llenos de ideas, y llenos de un espíritu creativo. Practicar la gratitud en nuestras familias puede ayudar a nuestros niños a aprender ese poder (que ya lo llevan dentro) desde pequeños, dándoles un regalo para toda la vida, que nutrirá todo lo que son.»
Tres papeles estampados, una foto en cada página, un mini album de «cardstock» y con etiquetas blancas he escrito las canciones.