
Como algunos de ustedes saben, llevamos ya varios años replantéandonos la navidad, intentando ser coherentes en nuestro modo de celebrar. Por la misma razón, desde que Mariano y yo nos casamos nunca tuvimos arbolito «navideño» en casa. No veíamos la relación. MUCHO menos, cuando vivíamos en el Hemisferio Sur, donde el calendario va «a contramano» de pinos, nieve, luces, turrones, pan dulce, frutos secos y demás decorados invernales. A pesar de ello, ambos recordábamos con alegría nuestras navidades de la infancia. Entre aquellos recuerdos, la tradición de la decoración del árbol era una de las más especiales. Hasta el 2008 no hubo ningún conflicto. Un poco de añoranza, quizás, pero nada más. Era algo que formaba parte de nuestro pasado como niños. Desde que nacieron Teo y Tomás, el tema volvió a la mesa (metáfora que refiere al lugar donde se conversan las cosas, aunque en nuestro caso últimamente es de pie en la cocina, o incluso x email…uds me entienden). ¿Por qué? Porque es bonito, porque para nosotros fue una linda tradición de la infancia… pero ¿qué tiene que ver con la navidad? (Ni hablemos de Papá Noel, personaje que NO ESTÁ invitado a nuestra fiesta).
¿Qué hacemos? El año pasado no lo tuvimos muy claro, así que seguimos como siempre (AUNQUE no sin hacernos una foto de familia en el árbol de nuestros amigos, Rubén y Ginger! Nos vino genial para enviar un saludo navideño a la familia y amigos). Pero este año, con los niños ya más grandes y como tenemos invitados con niños más grandes aún (que vienen de un país donde NO se celebra la navidad, ni está permitido)… Nos hacía ilusión, pero No queríamos introducir algo que no tuviera sentido. Gracias a mi amiga Melanie, encontramos una propuesta a la que le encontramos sentido: la tradición del ARBOL de ISAI. Encontré ejemplos como éste, o éste, o éste. (hacer click en los «este»). Hay muchas variantes y formas de hacerlo. Así que este año tenemos árbol. Pero TIENE SENTIDO! A través de cada uno de los adornos estamos explicando la historia del protagonista de la navidad: Jesús.
Me encanta la idea de compartir la historia de la primera navidad -con mis hijos y con quienes se sienten a nuestra mesa- por medio de símbolos visuales tan poderosos: la luz, la corona de adviento, con las canciones, los libros ilustrados…. Y ahora también, con el árbol de Isaí.
. No sé si haremos esto todos los años, pero de momento este año es así.
¡Feliz Navidad para todos!